El pueblo está protegido por el abrigo de la Virgen María, y como costumbre religiosa, desde 1977, los habitantes suben al cerro para afianzar su fe católica. Esta romería ha reunido todos los años a una gran cantidad de personas oriundas de la región, tanto del casco urbano, como de la parte rural. Los seguidores cristianos de todas las partes del mundo visitan al municipio con la intensión de ver a la virgen de los veleños y sentir esa apasionante alegría que se desborda alrededor de la imagen.